Mujer :
el viento, el agua y la vida
no pueden retenerse.
. . . . . . . . . . . .. . .
Abre tus manos y déjalos partir.
No podrás apaciguar el torrente
que busca abrir su cauce.
Tus pichones emplumados buscan
el horizonte luz. Cuando lo alcancen
los verás regresar. Fortalecidos.
Y serán muchos más.
Se colmarán tus manos de caricias.
Y esta vez, sin dolor,
se quedarán abiertas ofrendando
el caudal inagotable de tu amor.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
que estaba pensando ud. cuando escribió esta belleza?
ResponderEliminarte quiero mucho má!!!